35 Al ver Lisias la derrota sufrida por su ejército y la intrepidez de los
soldados de Judas, y cómo estaban resueltos a vivir o morir valerosamente,
partió para Antioquía, donde reclutó mercenarios con ánimo de presentarse
de nuevo en Judea con fuerzas más numerosas.
36 Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos;
subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.»
37 Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.